lunes, 25 de julio de 2011

como se inicia el marxismo latinoamericano

El inicio y sus razones históricas
En la segunda mitad de los años sesenta y los inicios de los setenta, los puntos
más altos del desarrollo de la teoría social en América Latina estuvieron directamente relacionados con la problemática de la dependencia. La incorporación
de esta noción al campo del marxismo fue uno de los elementos que potenciaron el avance de las ciencias sociales en esos años.
La apropiación por el marxismo de la categoría “dependencia” no fue
un proceso fácil ni exento de contradicciones. Por el contrario, sólo después
de una década de discusiones, avances y re t rocesos, se logra romper con el
c o rdón umbilical hetero d o xo que caracteriza su nacimiento en América
L a t i n a .
Dos grandes procesos marcan la historia y el curso de las ciencias sociales latinoamericanas en los años sesenta. Ambos, con raíces totalmente contradictorias,
están en la base de los fenómenos que generaron los estudios de la dependencia
y el curso de estos análisis. El primero de ellos es la Revolución cubana, que se
constituyó en uno de los principales parámetros en las definiciones teóricas y políticas del continente en la época.
El proceso cubano, en lo que aquí nos preocupa, tuvo como efecto profundizar la crisis política y teórica del marxismo ortodoxo prevaleciente en
América Latina. Éste poco había aportado, en las décadas previas a la gesta




cubana, a la interpretación de los problemas fundamentales del capitalismo
l a t i n o a m e r i c a n o .

La Revolución cubana, más que 1,000 documentos, puso en evidencia lo
anquilosado y estéril de dichas reflexiones, abriendo las puertas para una nueva re f l exión sobre la realidad latinoamericana a partir del marxismo. Es en este
marco que los estudios marxistas de la dependencia hacen su entrada en las
ciencias sociales de América Latina.
Otro factor que incide en el surgimiento de la dependencia, como temática de análisis en las ciencias sociales latinoamericanas, es la creciente integración del proceso productivo de las economías de América Latina con el capital
extranjero, en los años cincuenta y sesenta, fenómeno que agudiza las contradicciones sociales en la región. Este proceso pone fin a las ilusiones de un capitalismo autónomo y al carácter democrático y progresista de la burguesía industrial, lo que hizo entrar en crisis la reflexión de los intelectuales que dieron
vida a la llamada “teoría del desarrollo”,

y provocó fisuras teóricas en el seno
de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),

proceso
que radicalizará la noción de dependencia.

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